miércoles, 8 de diciembre de 2010

GOLGI-CAJAL

  Aportación de Alejandra Hidalgo:
Aunque ambos compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906, Santiago Ramón y Cajal y Camilo Golgi no fueron precisamente amigos

La técnica de tinción desarrollada en la cocina de Golgi en el Hospital de la Misericordia, cerca de Pavía (norte de Italia) revolucionó el campo de la neurociencia en tanto en cuanto hizo posible distinguir detalles de las estructuras neuronales que constituían nuestro tejido nervioso.
 Son muchos los científicos actuales que opinan que de hecho la visualización de estos tejidos constituyó un paso de gigante en las investigaciones en el campo de la neurociencia y se adelantó varios años a los modelos funcionales que se especulaban en aquellos tiempos. Por supuesto la revelación de estructuras bien definidas en el cerebro (por ejemplo en el cerebelo) con capas y tipos de neuronas bien diferenciadas causó mucha polémica y durante algún tiempo otros científicos incapaces de reproducir las características de la tinción de Golgi llamaban despectivamente a su técnica “el agua mágica de Pavia“.Con una variante de su tinción logró descubrir en el citoplasma de las células de los ganglios nerviosos espinales, una red de filamentos separados de la membrana y del núcleo, que llamó "aparato reticular". Estos hallazgos los presentó en abril de 1898 a la Sociedad médico-quirúrgica de Pavía. Estos hechos quedaron unos años en el olvido. Lástima que el italiano no pudiera verse reconocido por tal descubrimiento pues, hasta la llegada a mediados de los cuarenta del siglo XX de la microscopía electrónica, no se pudo verificar que el aparato de Golgi era real y no un artefacto ficticio aparecido durante la manipulación de las muestras, tal y como muchos plantearon durante años. La técnica de tinción hizo posible que científicos como Golgi y Cajal pudieran describir los tejidos nerviosos tras una cuidadosa observación al microscopio.

Y fue en esta labor de exploración y descripción donde surgió la polémica. Golgi interpretó las estructuras nerviosas que veía como parte de un solo sistema continúo (parecido al sistema vascular) a través de cual fluían líquidos y sustancias. Por otro lado Cajal sostenía que el tejido nervioso estaba compuesto por células independientes conectadas entre ellas en puntos muy concretos, pero en todo caso manteniendo su independencia como células. Cajal realizó también una segunda contribución, posiblemente incluso más importante. Adujo numerosas pruebas que demostraban que las interconexiones entre las neuronas no se hacían al azar, como se había supuesto hasta entonces, sino que se trataba de conexiones muy específicas y altamente estructuradas El punto álgido de esta polémica se manifestó durante el discurso del Premio Nobel de 1906, en Estocolmo (Suecia): Cajal basó su intervención sobre la defensa y demostración de la validez del neuronismo mientras que Golgi se mantuvo, reacio, en la defensa de las antiguas teorías reticularistas.
 Años más tarde Cajal criticaría la actitud cerrada y según él, anticientífica de Golgi en su libro Recuerdos: "No he comprendido jamás a esos extraños temperamentos mentales, consagrados de por vida al culto del propio yo, herméticos a toda novación e impermeables a los incesantes cambios sobrevenidos en el medio intelectual. Es más: no acierto a concebir tampoco la utilidad positiva de semejante egocentrismo. “
 El tiempo ha hecho que Cajal haya pasado a la Historia como el que tenía razón. Las neuronas son células independientes que conectan con otras células a través de lo que ahora llamamos sinapsis.

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